¡Pues que bien! Nos vamos a Dublin unos dias en Diciembre y resulta que a pocos días de salir... ¡Tengo en mi mano dos entradas para ver a The Pogues en el Olympia! - Eso pensaba unos días antes de partir hacia Irlanda, país musical donde los haya. No sabiamos lo que nos esperaba...
Para empezar, hablar un poco de la sala. El "Olympia Theatre" es un antiguo teatro reformado como sala de conciertos que conserva los palcos y decoración de viejo teatro, (así como dos "pubs" cerveceros, con todo lo que tienen que tener, al fondo de la sala) pero el patio de butacas está preparado para acoger a la audiencia mas salvaje del lugar. Con un aforo medio-alto y tres niveles de contención separados por vallas de seguridad y un desnivel adecuado para asegurar la visón de los bajitos (eterna reivindicación), el local es adecuado para ver como es debido desde Bob Dylan a los Misfits. ¡Madrid necesita una sala así ya!
Los teloneros eran los dublineses Blood or Whiskey y bajo ese lema saltaron literalmente a escena para desplegar su punk-folk sin efectos, es decir, bajo la bandera de The Pogues y Anti-Nowhere League, lo que quieras.
Con mas whiskey que sangre, el cantante cayo al suelo varias veces desde el segundo tema. Saludó a los compañeros del País Vasco y dió fin a un concierto correcto que nos preparaba para lo que ibamos a ver.
Es cierto que no había todavía mucho público y empezaba a creer que Shane´O ya no predicaba en su ciudad. Pero en los 45 minutos que tardaron en preparar el escenario la cosa literalmente se desbordó. Unos tipos se percataron (no muy dificil) de que irlandeses no eramos. Y nos contaron de que iba el asunto.
Parece ser que todos los años desde la reunificación de la banda en 2001, a principios de Diciembre, The Pogues hacen un Christmas Tour que supone el pistoletazo de salida para el desenfreno navideño (que no alcohólico, eso en Dublin es todo el año...).
Para cuando Jamie Fearnley pisó el escenario había tanta gente borracha en el teatro y en los palcos, que desde abajo, daba la impresión de estar en un circo romano en el momento de soltar a los leones...
Sin duda Shane McGowan es un heroe (alcohólico) nacional y su ciudad le quiere (borracho... claro). Durante todo el concierto se coreaba Shane´O como un mantra futbolero y allí apareció, para delirio del público y para dar comienzo al espectaculo y a la lluvia de Guinnes que no cesó durante todo el concierto.
Comenzaron con Streams of whiskey y If I Should fall from grace with God, es decir, a tope. 
Sonaron The Broad Majestic Shannon, County hell, A Pair of brown eyes y repasaron todo el cancionero de The Pogues incluyendo la época en la que McGowan fué expulsado del grupo, momento en que era igualmente expulsado del escenario y Fearnley asumía el liderazgo y Spider Stacy las voces. Tuesday morning, The Old Main Drag, Metropolis, Sunny side of the street, Greenland, Repeal Of The Licensing Laws, Kitty y Young Ned Of The Hill (interpretada por el batería Andrew Ranken)
Tras esto volvían a aparecer tanto James Fearnley como Shane McGowan (bastante sobrio para lo que acostumbra) y tras un abrazo de simbólica reconciliación daban paso a Bottle of Smoke y The Sick Bed of Cuchulainn.
Los comentarios jocosos corrieron a cargo de Philip Chevron:"Are there any Priests in tonight?" pausa.. "Good, we don't want a criminal element at our gigs" en referencia a los últimos escandalos de abusos a menores dentro de la iglesia católica en Irlanda. Pero esto en Irlanda es un tema espinoso y generó rumores entre el público y dió que hablar en los días posteriores.
Para el primer bis desplegaron Body of an American, Lullaby of london, Thousands are sailing y Dirty old town coreada por la ciudad que describe la canción. Emocionante y etílica a más no poder...
El segundo bis y tramo final del concierto arrancó con Sally MacLenanne y Rainy night in Soho que dieron paso a la traca final y al desparrame del público que para ese momento ya estaba completamente descontrolado The Irish Rover, Fairytale of New York (con la colaboración vocal de Ella Finer) y Fiesta cerraron el segundo bis tras mas de dos horas de concierto que acabaron con nuestras energías, nuestras neuronas y nos dejaron empapados de cerveza. Quedamos ¡muuuuy satisfechos!
Como apunte final, decir que tras unos cuarenta minutos en la cola del ropero sin avanzar, nos dimos cuenta de que la parroquia estaba tan, pero tan ciega, que estando apoyados en la barra del guardarropa pasaban ampliamente de recoger nada de alli y como a los de detras tampoco parecía importarles...
Ante la deseperación del personal de la sala, aquello iba a durar muuucho rato.
Texto: Dr. Jarri
Fotos: Sylvain Sylvain
1 comentario:
Buffff..... qué bueno.
No si es sólo en mi navegador pero no se el texto. Hay que seleccionarlo para poder ver algo más que los links.
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