06 octubre 2008

Crónica del Azkena Rock Festival (3) - Tercer día (Vitoria-Gasteiz, 6/09/2008)

Una nueva jornada maratoniana nos esperaba por delante el tercer día del Azkena Rock Festival, así que fue inevitable sacrificar algunos conciertos. Por lo menos el tiempo nos dio una tregua: dejó de llover y paró el viento, aun así por la noche hacía un frío del carajo.

Baby Woodrose (escenario 1)

Las primeras víctimas fueron Las Culebras y The Royal Cream. Teníamos curiosidad por las primeras, pero a esas horas era pedir demasiado. Así que la primera actuación para nosotros fue la del power trío Baby Woodrose que dieron un recital bastante competente. Lorenzo Woodrose se explayó en sus habituales pajas guitarreras mientras Riky y Rocco Woodrose demostraron ser una base rítmica tremendamente compacta y efectiva. Y aunque no sea amigo de los largos solos y prefiera más a esta banda cuando se acerca al garage y deja de lado la psicodelia (que no fue el caso), fue una muy buena forma de empezar la tarde.

Sex Museum (escenario 2)

Mucho mejor fue la actuación de los grandísimos Sex Museum. El que Donita Sparks se cayese del cartel (una pena) les sirvió para escalar una posición y no tocar tan pronto como, en principio, estaban programados. Con todo, una injusticia que les tocase tocar tan temprano, ya que es un grupo al que ningún escenario queda grande y podrían haber cerrado el festival tranquilamente. Lagartija Nick, a pesar de que abrieron el festival, tocaron a unas horas más normales, pero ¡¿ver a Sex Museum a las 16:30?!

Pues como Los Coronas el año pasado, la actuación de los Museum fue en su línea: conciertazo. Siguieron un guión muy parecido al de su concierto en El Sol, incluida la doble versión de «Smoke on the water»/«Fight for your rights». Por cierto, en ese momento se asomaron por detrás del escenario unos sorprendidos Orange Goblin que miraban con gesto de aprobación…

John Cale Band (escenario 1)

A John Cale le vimos a medias. Yo la verdad es que, más allá de la Velvet Underground no le he seguido nada y lo poco que he oído me ha parecido muy arisco y poco accesible a las primeras escuchas. Todo lo contrario de lo que nos encontramos en el Azkena. A pesar de un primer tema más experimental, el concierto de John Cale (que se pasó de horario) fue 100% rock y estuvo secundado por una competente banda entre los que destacó, por méritos propios, el baterista.

Orange Goblin (escenario 2)

Así y todo, subimos a las tiendas a refrescar el gaznate y descansar los pies. Volvimos para ver terminar a Cale y fuimos a la carpa para ver la primera actuación de Orange Goblin en España (con perdón). Su mezcla de heavy-stoner-doom-metal gustó mucho a los congregados para ver al, sin duda, grupo más bruto del festival. Con una fuerza arrolladora sonaron como una apisonadora y tuvieron momentos gloriosos, sobre todo al repasar los temas de The Big Black y Coup de Grace, sus mejores trabajos.

The Gutter Twins (escenario 2)

Con Duff McKagan decidimos hacer un nuevo alto. A partir de The Gutter Twins iba a ser todo seguido, así que mejor subir a reponer fuerzas y darle un poco al alpiste. Llegamos así a la carpa para ver a The Gutter Twins, pero los Loaded de McKaggan seguían tocando una convincente versión de «I wanna be your dog» de los Stooges.

Preveía que el de The Gutter Twins sería un gran concierto y al final terminó siéndolo, aunque los primeros temas lo estuve dudando seriamente: un sonido horrendo (incomprensible cuando en ese mismo escenario Orange Goblin habían sonado a lo bestia), problemas con los monitores que hicieron que Greg Dulli cantase como una perra los dos primeros temas y un Mark Lanegan ausente y con la voz fría. ¿Dónde estaba ese maravilloso contraste de excelentes voces? Pero los chicos fueron calentando poco a poco, justo a tiempo para que «Idle hands» y «Hit the city» sonasen tremendas. A partir de ahí mantuvieron el tipo y terminaron dando el conciertazo que esperaba. Sí, algo ayudaría a animar el cotarro el que Mark Lanegan se moviese un poco, pero igual es mucho pedir…

The Jayhawks (escenario 1)

Y tras el concierto comenzó una de las reuniones más esperadas por el público azkenero: la reunión de Mark Olson y Gari Louris al frente de The Jayhawks, uno de los grupos de referencia en el country alternativo y el americana. A pesar de no conocer nada de nada la carrera de la banda (más allá de unas cuantas canciones en algunos recopilatorios) el suyo fue un concierto muy disfrutable (y aprovechamos para verlo sentados y descansar un poco los pinreles) que supongo fue bocatto di cardinale para los fans.

Dinosaur Jr. (escenario 1)

Lo de Dinosaur Jr. fue la traca. Tremendo concierto de los estadounidenses en su formación original, la que grabó los clásicos Bug y You’re Living All Over Me. Fue un tremendo recital de guitarrazos furiosos, bajos desbocados y sólidas baterías; que formaron un muro de sonido tan firme y potente que parecía mentira que hubiesen pasado tantos años desde que Lou Barlow y Murph se marcharon de la banda. Fue un concierto memorable, superando, creo, las expectativas de todos los presentes y demostrando que el material del infravalorado Beyond, aguanta el tipo son sonrojarse frente a las excelentes canciones de su época dorada.

Los Lobos (escenario 2)

Con el subidón fuimos a ver a Los Lobos, que se marcaron el concierto más divertido de todo el festival. Pocos pueden poner en duda la enorme clase y el virtuosismo que se desprende de la discografía de Los Lobos, ratificado ahora que les hemos visto en acción. Estuvieron mucho mejor cuando sacaban su vena chicana tocando cumbias y corridos que cuando les daba por los largos guitarreos de blues rock. Así llegaron a una versión de «Volver volver» que el público coreó a voz en grito. Todo un triunfo teniendo en cuanta lo soso que suele ser el público en este festival (llevamos años constatándolo). La pregunta que estaba en boca de muchos era «¿tocarán la Bamba?» (y que nos perdonen los más entendidos en el mundo lobuno por ser tan obvios y zotes). Yo apostaba que no, ya que en el Live At Fillmore no había ni rastro y les suponía con la suficiente clase como para no caer en una nostalgia tan chunga. Así que, en principio, me parecía mal que la tocasen. Hasta que la tocaron, claro. Con el público a sus pies tras «Volver volver» comenzó la canción y TODO el mundo (yo mismo) empezó a gritar de júbilo. Fueron muy hábiles colando el tema cuando el público estaba receptivo y listo para tragarse cualquier cosa que tocaran. Así que fue un (casi) final de concierto perfecto y no queda sino retractarme públicamente de lo dicho anteriormente.

Quitando a Pearl Jam en el la edición de 2006, NUNCA he visto en un festival una ovación como la que se llevaron Los Lobos. Nunca. Tampoco he visto que, por mucho que el público pida y pida, el grupo vuelva a salir cuando la organización ha decidido que se ha acabado. Pues esta vez no. Cuando ya habían salido los ayudantes a retirar los instrumentos (con una sonora bronca por parte de los asistentes), Los Lobos volvieron a escena (se les vio discutir a un lado del escenario entre ellos y con la organización) y se marcaron una cojonuda versión de «Cinnamon Girl» del viejo Young (perdón por el chiste fácil). Nos quedamos a sus pies.

Blues Explosion (escenario 1)

Y para rematar la faena llegó Jon Spencer al frente de la Blues Explosion. Tenía muchas ganas, ya que nunca había podido disfrutar de su poderoso directo. Poderoso es una buena forma de describirlo. Tampoco se quedan atrás otros epítetos como sucio, grasiento o visceral.

Mucha gente que ya hubiese visto a la Blues Explosion podrá decir que no fue para tanto, que antes eran mejores y que el suyo es un directo para disfrutar en salas pequeñas. No les quitaré yo la razón, pero (a) es mi primera vez (saldo muy positivo, por lo tanto: me cuesta pensar que el directo de JSBX deje indiferente a alguien), (b) repasaron sus momentos de gloria tocando muchas canciones de Orange y Now I got worry, que están entre sus mejores trabajos y (c) efectivamente, el sitio ideal para la Blues Explosion es una sala pequeña, pero no me negarán que es increíble presenciar cómo tres personas con dos guitarras conectadas a dos amplis de mierda y una batería mínima son capaces de llenar un escenario grande como el del ARF. Actitud y decibelios, esa es la clave.

Fue, pues, un final perfecto para un festival que, como ya hemos dicho, colmó nuestras expectativas y que esperamos que siga mejorando en ediciones sucesivas.

Y ya que desde la organización se habla ya de cambio de fechas, ¿qué tal para agosto, con más calorcito?

Texto: Joven Frodo

Fotos de Sex Museum y John Cale de la página web del ARF
Foto de The Jayhawks de I. Aizpuru, en El Diario Vasco
Foto de The Gutter Twins de LTI (sacada de aquí)
Fotos de Los Lobos y JSBX de Mikel García, de www.insonoro.com.


Gracias a Mikel García y Jorge Palacios, de insonoro.com, por proporcionarnos las fotos.

Más sobre el ARF en Mordor Sonoro:
Crónica del segundo día | Crónica del primer día

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