La segunda jornada en el Azkena Rock Festival estuvo marcada por la lluvia que cayó intermitente durante la excesiva jornada de conciertos. Y es que 12 conciertos al día son mucho para cualquiera. Pero aún así aguantamos como jabatos hasta el último concierto del día.
Sorkun (escenario 2)
No pudimos ver a Viaje a 800, no por falta de ganas (tenía ganas de ver su, según comentan, contundente directo), sino por los horarios de mierda que ha habido este año. A esas horas tocaba comer.
Así pues, el segundo día comenzó para nosotros con Sorkun. Miedo me daba verla en un escenario grande, el grato recuerdo de su concierto en Madrid estaba presente y temía que el escenario le viniese grande, ya que la música de Sorkun es para disfrutarla en tugurios y bares pequeños. A pesar del poco tiempo del que dispuso, Sorkun pasó con buena nota su actuación en el ARF ante unas decenas de personas. Poco público y es que no son horas...
Animal Alpha (escenario 1)
Pasamos al escenario exterior para ver a Animal Alpha. Para mí fue un espectáculo vacío con un atractivo envoltorio. Sí, las pintas de su cantante eran muy molonas, pero más allá de eso no hicieron nada que no se haya hecho antes (y mejor).
Sin embargo para otro sector del Mordor fué el concierto peor programado acorde al estilo de música que hacen los noruegos, el sonido fue una basura con el consiguiente cabreo de Agnete Maria Kjølsrud, que se dejó la garganta. A mi personalmente me transmitieron mucha energía, cosa que no puedo decir de otras/os.
Me recordaron bastante a Skunk Anansie, pero si os metéis en la peich de mentenebre, hay una estupenda reseña del disco Pheromones, con una minuciosa descripción de múltiples influencias, incluida mención a la productora Sylvia Massy (también del Undertow de Tool, entre otros).
Hanoi Rocks (escenario 1)
Tras un descanso que nos costó la actuación de Truly, bajamos a ver a Hanoi Rocks. No soy fan y sus pintas me daban mal rollo, pero fui libre de prejuicios y la cosa resultó... un desastre. Mucho pase de modelos, mucha contorsión y posturitas pero la verdad es que tocaron mal, cantaron mal y encima el tiempo no les acompañó.
Blue Cheer (escenario 2)
La actuación de Blue Cheer la vimos a medias, ya que a partir de los Sonics la cosa sería un no parar y decidimos subir al campamento a cenar un poco y reponer alpiste. A mí me sonaron muy convincentes entre tanta reunión de viejas glorias, y su blues rock con tendencia al onanismo instrumental sonó poderoso y compacto. Y fue la ausencia de esa tendencia a hacer solos interminables (algo hubo, no obstante) lo que hizo que el concierto (o lo que vimos) no terminase en bostezos.
The Sonics (escenario 1)
Y empezó el que debía ser uno de los platos fuertes de la jornada. Algo esperaba de The Sonics a pesar de las frías críticas de sus actuaciones previas en Bilbao y el Primavera Sound. El concierto empezó bastante flojo, pero a medida que se fueron soltando (y calentando las voces) la cosa mejoró bastante, hasta el punto de que la mayoría de la gente terminó satisfecha de la actuación. Y es que los Sonics son los firmantes de dos de los LPs más excitantes de la historia del rock and roll (Here are The Sonics y Boom) y estar a la altura de su leyenda es, hoy por hoy, misión imposible. Porque la fogosidad y el desparpajo que en su época desprendían en directo es difícil de igualar para los actuales sesentones que entonces eran poco más que adolescentes. Aún así demostraron retener algo de su clase en los temas más lentos, que es de justicia reconocer que los clavaron.
Danko Jones (escenario 2)
Raudos y veloces corrimos hacia la carpa para disfrutar de la actuación de Danko Jones, el macho más testosterónico de la escena rocanrolera actual. Para mí era la primera vez, y oídas las experiencias de otros orcos que ya lo habían visto en anteriores ocasiones, las ganas eran muchas. Y con tantas ganas, la actuación del power trío me supo a poco. Primero, porque el sonido no fue tan cañón como esperaba. Las canciones sonaron bien, los tres estuvieron muy correctos en las interpretaciones, pero me pareció que fueron perdiendo bastante fuelle conforme avanzaba el show. Si a eso le sumamos las interminables ego-parrafadas de Mr. Jones (eso sí, un detalle recordar a unos cuantos muertos del rock’n’roll, ahí quedaron saludos para Joe Strummer o Johnny Cash), decepción al canto. Eso sí, el público se mostró entregadísimo.
Ray Davies (escenario 1)
El concierto de Ray Davies arrancó muy bien y el británico supo mantener la altura por momentos (y no sólo cuando repasó los temas de los Kinks). Eso sí, su vena habladora se la podría dejar en casa, que una cosa es ser amable con el público y otra hacer de abuelo cebolleta. Así pues, la actuación combinó momentos memorables («Lola» uno de ellos, ¿alguien lo dudaba?) con situaciones del más absoluto aburrimiento, a lo que no ayudaba el cansancio físico que llevábamos acumulado. Tampoco ayudó que el chaval decidiese pasarse por el forro los horarios, terminando con más de media hora de retraso.
Sex Pistols (escenario 1)
Y llegó, sin dudarlo, la actuación más controvertida del festival: los Sex Pistols. He de reconocer que tenía muchas ganas de verles y albergaba cierta esperanza de que el concierto no fuese un paseo lamentable de cuatro estrellas decadentes. Pues finalmente, puedo decir que los Sex Pistols dieron un concierto, en lo musical, más que decente. Entraron provocando («¡Viva España!», dijeron. Algunos comentan que Lydon no sabía nada de la movida de Euskadi y metió la gamba, a mí me parece que fue un corte de mangas al respetable, pero puedo equivocarme), tocaron muy bien (Cook, Jones y Matlock estuvieron muy por encima de mis expectativas), Johnny Rotten cantó decentemente y el repertorio, claro, impecable (sólo tienen un disco, pero qué pedazo de disco). En lo musical sólo pongo un pero: «Do you no wrong», una de mis favoritas, sonó lamentable. El resto, sin mácula.
Y ahora el pero gordo. En el plano extramusical, y obviando el ya famoso episodio del golpe de móvil en la cabeza (y el comprensible cabreo del cantante), el concierto lo lastró un dicharachero Lydon que alargó demasiado la espera entre tema y tema. Si se hubiesen limitado a tocar a capón y a saludar, habría sido un conciertazo.
Yo pa mi que no sabía ni donde estaba tocando "que os pasa chicous? en Madruis y en Barselouna consiertasou, y aqui en Bilba? que pasa?"
Blind Melon (escenario 2)
Tras escuchar «Anarchy in the UK» y creyendo que había terminado el concierto (¡no, aún les quedaban dos temas!) nos movimos rápido para ver a los resucitados Blind Melon. Ya en la carpa nos enteramos que los Pistols no habían terminado. La gente estaba muy impaciente por ver a Blind Melon y abucheó injustamente a los Pistols culpándoles del retraso, que en realidad fue cosa de Ray Davies (el fue el que se pasó media hora, los Pistols tocaron la hora y pico que les correspondía).
Y finalmente, Blind Melon salieron al ritmo de la intro de Soup y arrancaron espectacularmente con «2x4» dando el que a la postre resultó, sin ninguna duda, el mejor concierto del festival. Travis Warren, con todos los ojos puestos en él, venció y convenció hasta a los más escépticos. Una voz prodigiosa (y con un registro muy parecido a la del malogrado Shanon Hoon), buenas maneras sobre las tablas y carisma a borbotones. Cuando debía ser él el segundón frente a una banda que sonaba pletórica, Travis no se amilanó y plantó cara alzándose como el principal protagonista de la noche. Fue un concierto mágico y emotivo, y uno de los preferidos por el público, a juzgar por todos los comentarios que se oyeron en lo que quedó de festival.
Otra cagada de la organización: deberían haber tocado en el escenario principal.
The Quireboys (escenario 1)
Con una sonrisa de oreja a oreja nos fuimos a rematar la jornada con The Quireboys. Había apuestas sobre si iba a ser conciertazo o fiasco, dada la habilidad de Jonathan Gray para cagarla debido a su afición al etanol. De hecho, apareció en escena con una copa de vino, tambaleándose de un lado a otro y balbuceando como un bebé. Vamos, que iba fino, el colega. Y aún así era ponerse al micro y desaparecer todo rastro beodo... y con la que estaba cayendo a esas horas dieron un concierto bastante digno, el broche ideal para una dura jornada con un claro vencedor: Blind Melon.
Y como nota curiosa a resaltar, impresionante la aparición estelar de Evan Dando, borracho cuan bucanero, previa a los bises.
Más sobre el ARF en Mordor Sonoro:
Crónica del primer día
Sorkun (escenario 2)
No pudimos ver a Viaje a 800, no por falta de ganas (tenía ganas de ver su, según comentan, contundente directo), sino por los horarios de mierda que ha habido este año. A esas horas tocaba comer.
Así pues, el segundo día comenzó para nosotros con Sorkun. Miedo me daba verla en un escenario grande, el grato recuerdo de su concierto en Madrid estaba presente y temía que el escenario le viniese grande, ya que la música de Sorkun es para disfrutarla en tugurios y bares pequeños. A pesar del poco tiempo del que dispuso, Sorkun pasó con buena nota su actuación en el ARF ante unas decenas de personas. Poco público y es que no son horas...
Animal Alpha (escenario 1)
Pasamos al escenario exterior para ver a Animal Alpha. Para mí fue un espectáculo vacío con un atractivo envoltorio. Sí, las pintas de su cantante eran muy molonas, pero más allá de eso no hicieron nada que no se haya hecho antes (y mejor).
Sin embargo para otro sector del Mordor fué el concierto peor programado acorde al estilo de música que hacen los noruegos, el sonido fue una basura con el consiguiente cabreo de Agnete Maria Kjølsrud, que se dejó la garganta. A mi personalmente me transmitieron mucha energía, cosa que no puedo decir de otras/os.
Me recordaron bastante a Skunk Anansie, pero si os metéis en la peich de mentenebre, hay una estupenda reseña del disco Pheromones, con una minuciosa descripción de múltiples influencias, incluida mención a la productora Sylvia Massy (también del Undertow de Tool, entre otros).
Hanoi Rocks (escenario 1)
Tras un descanso que nos costó la actuación de Truly, bajamos a ver a Hanoi Rocks. No soy fan y sus pintas me daban mal rollo, pero fui libre de prejuicios y la cosa resultó... un desastre. Mucho pase de modelos, mucha contorsión y posturitas pero la verdad es que tocaron mal, cantaron mal y encima el tiempo no les acompañó.
Blue Cheer (escenario 2)
La actuación de Blue Cheer la vimos a medias, ya que a partir de los Sonics la cosa sería un no parar y decidimos subir al campamento a cenar un poco y reponer alpiste. A mí me sonaron muy convincentes entre tanta reunión de viejas glorias, y su blues rock con tendencia al onanismo instrumental sonó poderoso y compacto. Y fue la ausencia de esa tendencia a hacer solos interminables (algo hubo, no obstante) lo que hizo que el concierto (o lo que vimos) no terminase en bostezos.
The Sonics (escenario 1)
Y empezó el que debía ser uno de los platos fuertes de la jornada. Algo esperaba de The Sonics a pesar de las frías críticas de sus actuaciones previas en Bilbao y el Primavera Sound. El concierto empezó bastante flojo, pero a medida que se fueron soltando (y calentando las voces) la cosa mejoró bastante, hasta el punto de que la mayoría de la gente terminó satisfecha de la actuación. Y es que los Sonics son los firmantes de dos de los LPs más excitantes de la historia del rock and roll (Here are The Sonics y Boom) y estar a la altura de su leyenda es, hoy por hoy, misión imposible. Porque la fogosidad y el desparpajo que en su época desprendían en directo es difícil de igualar para los actuales sesentones que entonces eran poco más que adolescentes. Aún así demostraron retener algo de su clase en los temas más lentos, que es de justicia reconocer que los clavaron.
Danko Jones (escenario 2)
Raudos y veloces corrimos hacia la carpa para disfrutar de la actuación de Danko Jones, el macho más testosterónico de la escena rocanrolera actual. Para mí era la primera vez, y oídas las experiencias de otros orcos que ya lo habían visto en anteriores ocasiones, las ganas eran muchas. Y con tantas ganas, la actuación del power trío me supo a poco. Primero, porque el sonido no fue tan cañón como esperaba. Las canciones sonaron bien, los tres estuvieron muy correctos en las interpretaciones, pero me pareció que fueron perdiendo bastante fuelle conforme avanzaba el show. Si a eso le sumamos las interminables ego-parrafadas de Mr. Jones (eso sí, un detalle recordar a unos cuantos muertos del rock’n’roll, ahí quedaron saludos para Joe Strummer o Johnny Cash), decepción al canto. Eso sí, el público se mostró entregadísimo.
Ray Davies (escenario 1)
El concierto de Ray Davies arrancó muy bien y el británico supo mantener la altura por momentos (y no sólo cuando repasó los temas de los Kinks). Eso sí, su vena habladora se la podría dejar en casa, que una cosa es ser amable con el público y otra hacer de abuelo cebolleta. Así pues, la actuación combinó momentos memorables («Lola» uno de ellos, ¿alguien lo dudaba?) con situaciones del más absoluto aburrimiento, a lo que no ayudaba el cansancio físico que llevábamos acumulado. Tampoco ayudó que el chaval decidiese pasarse por el forro los horarios, terminando con más de media hora de retraso.
Sex Pistols (escenario 1)
Y llegó, sin dudarlo, la actuación más controvertida del festival: los Sex Pistols. He de reconocer que tenía muchas ganas de verles y albergaba cierta esperanza de que el concierto no fuese un paseo lamentable de cuatro estrellas decadentes. Pues finalmente, puedo decir que los Sex Pistols dieron un concierto, en lo musical, más que decente. Entraron provocando («¡Viva España!», dijeron. Algunos comentan que Lydon no sabía nada de la movida de Euskadi y metió la gamba, a mí me parece que fue un corte de mangas al respetable, pero puedo equivocarme), tocaron muy bien (Cook, Jones y Matlock estuvieron muy por encima de mis expectativas), Johnny Rotten cantó decentemente y el repertorio, claro, impecable (sólo tienen un disco, pero qué pedazo de disco). En lo musical sólo pongo un pero: «Do you no wrong», una de mis favoritas, sonó lamentable. El resto, sin mácula.
Y ahora el pero gordo. En el plano extramusical, y obviando el ya famoso episodio del golpe de móvil en la cabeza (y el comprensible cabreo del cantante), el concierto lo lastró un dicharachero Lydon que alargó demasiado la espera entre tema y tema. Si se hubiesen limitado a tocar a capón y a saludar, habría sido un conciertazo.
Yo pa mi que no sabía ni donde estaba tocando "que os pasa chicous? en Madruis y en Barselouna consiertasou, y aqui en Bilba? que pasa?"
Blind Melon (escenario 2)
Tras escuchar «Anarchy in the UK» y creyendo que había terminado el concierto (¡no, aún les quedaban dos temas!) nos movimos rápido para ver a los resucitados Blind Melon. Ya en la carpa nos enteramos que los Pistols no habían terminado. La gente estaba muy impaciente por ver a Blind Melon y abucheó injustamente a los Pistols culpándoles del retraso, que en realidad fue cosa de Ray Davies (el fue el que se pasó media hora, los Pistols tocaron la hora y pico que les correspondía).
Y finalmente, Blind Melon salieron al ritmo de la intro de Soup y arrancaron espectacularmente con «2x4» dando el que a la postre resultó, sin ninguna duda, el mejor concierto del festival. Travis Warren, con todos los ojos puestos en él, venció y convenció hasta a los más escépticos. Una voz prodigiosa (y con un registro muy parecido a la del malogrado Shanon Hoon), buenas maneras sobre las tablas y carisma a borbotones. Cuando debía ser él el segundón frente a una banda que sonaba pletórica, Travis no se amilanó y plantó cara alzándose como el principal protagonista de la noche. Fue un concierto mágico y emotivo, y uno de los preferidos por el público, a juzgar por todos los comentarios que se oyeron en lo que quedó de festival.
Otra cagada de la organización: deberían haber tocado en el escenario principal.
The Quireboys (escenario 1)
Con una sonrisa de oreja a oreja nos fuimos a rematar la jornada con The Quireboys. Había apuestas sobre si iba a ser conciertazo o fiasco, dada la habilidad de Jonathan Gray para cagarla debido a su afición al etanol. De hecho, apareció en escena con una copa de vino, tambaleándose de un lado a otro y balbuceando como un bebé. Vamos, que iba fino, el colega. Y aún así era ponerse al micro y desaparecer todo rastro beodo... y con la que estaba cayendo a esas horas dieron un concierto bastante digno, el broche ideal para una dura jornada con un claro vencedor: Blind Melon.
Y como nota curiosa a resaltar, impresionante la aparición estelar de Evan Dando, borracho cuan bucanero, previa a los bises.
Texto: Joven Frodo & Alk
Fotos de Sorkun, Animal Alpha y Hanoy Rocks: JaviKaos
Fotos de Sorkun, Animal Alpha y Hanoy Rocks: JaviKaos
Foto de The Sonics de Jaizki Fontaneda,
en Diario de Noticias de Gipuzkoa
Resto de fotografías sacadas de la página web del ARF
en Diario de Noticias de Gipuzkoa
Resto de fotografías sacadas de la página web del ARF
Más sobre el ARF en Mordor Sonoro:
Crónica del primer día
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