02 octubre 2008

Moho + Skolnik: noche de metal brutal en Wurlitzer Ballroom (Madrid, 19/09/2008)

Llega el fin de la temporada festivalera, pero eso no significa que llegue el fin de la temporada de conciertos. Y aunque no sean fechas de grandes nombres y grandes salas no quiere decir que no podamos disfrutar de buenos conciertos.

Y es que Madrid, dentro de lo jodida que está la cosa a nivel musical, vive un momento muy dulce gracias a una agitada escena subterránea en la que caben mil formas y estilos. Buena prueba de ello tuvimos los que nos acercamos al Wurlitzer Ballroom a disfrutar del directo de una de las bandas señeras en el metal extremo madrileño, Moho, quienes presentaban Chotacabra, su tercer LP.

Calentaron el ambiente los majariegos Skolnik, a base de sudor y thrash metal que gustó a los congregados en el Wurlitzer. Cuando terminaron su actuación la sala estaba bastante llena, y es que la reputación de Moho han ido creciendo lenta pero inexorablemente desde que, allá por 2003 comenzaron sus descargas en directo.

Skolnik se lo curraron y su cantante sudó a chorro
(Foto de Mordor sonoro, por Alk)


Los huecos de la primera fila se fueron llenando y, desde el comienzo, Moho salieron a por todas, descargando sin piedad para nuestros oídos sus brutales melodías. Los madrileños nos ofrecieron un sonido denso, duro y sin concesiones, que se agarra a tus tripas y te las revuelve hasta que crees que no puedes más. Da lo mismo que vayan lentos o que toquen a 100 por hora, que la canción dure dos o diez minutos, el caso es que su música se siente muy hondo y es capaz de provocar un torbellino de sensaciones que te hace quedar hipnotizado por su sonido y sus largos, aunque sencillos (y por ello no pesados), desarrollos instrumentales y otras idas de olla.

Berreos sin sentido en un concierto intenso
(Foto de Mordor Sonoro, por Alk)

Ya he dicho que salieron a por todas y sonando a mazacote, pero así y todo la intensidad del concierto fue creciendo por momentos, y no fue hasta el final que colocaron los temas más rápidos, desatando un pogo brutal. Y cuando pensamos que habían acabado, por aclamación popular, tocaron un último tema, dejándonos con los oídos tronados tras semejante derroche de decibelios.

El trío en acción (Foto de Mordor Sonoro, por Alk)

¿Quién quiere festivales cuando puedes sentir el contacto directo con la música en una sala pequeña?


Moho destrozando decibelios en el Wurlitzer.
Y aún así, hubo quien se quedó dormida.
(Más en Mordor Sonoro Youtube Txannel.)


Texto: Joven Frodo
Fotos y vídeo: Alk

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