Jason Ringenberg ha estado hace escasos días de gira por España, acompañando a Stacey Earle y Mark Stuart, una de las parejas más entrañables de la música popular y a los que convendría dar un repaso en futuras ocasiones. Lo malo es que me enteré de su actuación en Madrid cuando ya era demasiado tarde, así que esta vez me los perdí. Pero hace unos años los tres estuvieron en la Sala Galileo y el de Jason fue uno de los shows más divertidos que había visto en mucho tiempo. Con motivo de la reciente gira Jason estuvo en los conciertos de «Hoy empieza todo» de Radio 3. Fue una divertida entrevista en la que interpretó algunos temas como «Punk rock skunk» o su celebérrima versión de «Absolutely sweet Marie» de Bob Dylan.
Jason creció en una granja familiar en Illinois cercana a la Rock Island Line, una de las grandes líneas de ferrocarril que cruzan el estado (inmortalizada por Leadbelly en su canción «Rock Island Line», versionada por muchísimos artistas, desde Johnny Cash hasta Mano Negra). Fue allí donde también inició sus estudios universitarios. Y precisamente en la universidad formó sus primeras bandas a finales de los 70: Shakespeare’s Riot y The Catalinas, con las que ya mezclaba country y punk (mitad Hank Williams, mitad Iggy Pop, según he leido por ahí) y con las que grabó algunos temas. Entonces el punk pegaba con fuerza y Jason estaba absolutamente encandilado con los nuevos y excitantes sonidos que venían de las islas británicas y de Nueva York.
Jason dio carpetazo a la universidad y fue a Nashville donde formó en 1981 Jason & The Scorchers (al principio Jason & The Nashville Scorchers), para poner patas arriba la escena de la ciudad: interpretaban country como si fuesen los mismísimos Ramones. Uno de sus primeros hits fue, precisamente, la versión de «Absolutely sweet Marie», incluida en la reedición de Fervor (1983), su segundo EP. Éste y el primero, Reckless Country Soul (1982), cayeron como una bomba en la contemplativa Nashville. La gente andaba descolocada y se empezó a hablar de country punk (o cowpunk) y country alternativo. Nada volvió a ser igual en el country: podemos decir que Jason y su banda renovaron y airearon la música estadounidense. Era una época en la que los límites del country y el folk se ensancharon hasta el límite; otros de los grandes renovadores como Steve Earle, Green On Red o K.D. Lang publicaron sus primeros trabajos durante la primera mitad de los 80. En lo que atañe a los Scorchers, podría decirse que sólo Violent Femmes, por el lado folk, hacía algo parecido.
Siguieron más discos (si quieres introducirte: Are You Ready for the Country?: The Essential Jason & The Scorchers o Wildfires & Misfires te vendrán al pelo) hasta que a principios de los 90 decidieron tomarse un descanso, que Ringenberg aprovechó para editar su primer álbum en solitario, One Foot in the Honky Tonk (1992), acreditado a Jason. Pero los Scorchers volvieron y hasta que estos no se disolvieron en 1999, Jason no se concentró en su carrera en solitario. Desde entonces ha editado A Pocketful of Soul (2000) y los más notorios All Over Creation (2002) y Empire Builders (2004). En este último le salió la vena política y construyó un álbum muy crítico con administración Bush a la vez que con el imperialismo e intervencionismo yanquis. En sus trabajos en solitario Ringenberg pierde la pegada de los Scorchers para ganar en introspección y en capacidad de comunicación; sólo en solitario le ha sacado todo el partido a su particular timbre de voz.
Paralelamente, apareció su alter-ego Farmer Jason, un proyecto de música para niños. Hasta el momento ha editado dos álbumes bajo ese seudónimo: A Day at the Farm (2003) y Rockin’ in the Forest (2006). Y un aviso: el que los discos de Farmer Jason tengan canciones con letras infantiles no les quita un ápice de interés para los seguidores del de Illinois. Hay temas con mucha pegada y en las que recupera el espíritu punk rock de los Scorchers, algo abandonado en sus trabajos en solitario.
Si te quieres introducir en el mundo de Jason Ringenberg, su último recopilatorio viene de perlas: el doble CD Best Tracks & Side Tracks, 1979-2007. En el primer CD encontramos de todo: canciones de su etapa en solitario (demasiado peso tiene Empire Builders: 7 canciones del total), nuevas grabaciones de dos canciones de los Scorchers («Broken whiskey glass» y «Shop it around») y de «The life of the party» (la única de su primer álbum en solitario), además de otras que ha colocado en diferentes recopilatorios. Y aquí van apareciendo toda la tropa que ha grabado con él, Steve Earle («A bible and a gun»), Los Straitjackets («Link Wray»), The Wildhearts («One less heartache») o Swandive («Camille»). en el segundo CD aparecen rarezas, descartes de sesiones de grabación y algún tema en directo, además de la versión original de «Help there's a fire» (1980) un tema de Shakespeare's Riot, su primera banda, que fue incorporado con notable éxito al repertorio con los Scorchers. Una joya no sólo para completistas, sino para quienes se quieran introducir en el mundo de Ringenberg.
Merece reseñarse, además, que Ringenberg se ha mantenido alejado del llamado Rock'n'roll way of life: paralelamente a su profesión como músico ha trabajado duro en su propia granja y, desde que los Scorchers abandonaron, ha recuperado el control de su trabajo editando todo su material en su propia discográfica: Corageous Chicken Records. Todo un ejemplo a seguir para tanto jovencito gilipollas que sólo busca fama, fiesta y mujeres.
Joven Frodo
No hay comentarios:
Publicar un comentario