14 octubre 2008

Moho - Chotacabra

Brutos y demoledores, Moho vuelven a la carga con su tercer larga duración, Chotacabra. Los madrileños se han convertido en uno de los grupos más representativos del metal extremo a nivel estatal e incluso a nivel internacional, su nombre suena fuerte en Europa gracias al trabajo de este trío de currantes: antes de tener un disco en su haber ya habían hecho alguna gira por diferentes países europeos. A juzgar por lo visto recientemente en el Wurlitzer Ballroom, no me extraña que ganasen adeptos tan rápidamente.

En un principio, los madrileños han seguido a lo suyo y han repetido la jugada que tan bien les salió en sus dos anteriores trabajos: 20 uñas (2004) y ... He visto la cruz al revés (2006). Esto es, álbum grabado en riguroso directo, con pocas tomas y dejando que la crudeza del sonido hable por sí misma. Y es que estos chicos son poco amigos de florituras, así que los arreglos brillan por su ausencia. Es decir, suenan a ellos mismos.

Como en ... He visto la cruz al revés han repetido por la doble edición, en CD (Alone Records) y vinilo (Beat Generation, 180 gramos y portada abierta). Son dos tipos de discográficas, una especializada en metal extremo y stoner (Alone Records, para los dos anteriores fue Throne Records) y Beat Generation, especializada en hardcore, grindcore y punk. Una forma de llegar a unos y otros que les funcionó bastante bien con su anterior trabajo.

Moho destrozando tímpanos en directo: como debe ser.
(foto by Alk, de Mordor Sonoro)


Está todo lo que es un álbum de Moho: guitarras ásperas, bajos machacones saturados de fuzz, una batería aporreada sin piedad por una mala bestia y gritos sin sentido que hacen las veces de letras; la voz como un instrumento más, sin decir nada. Canciones rapidísimas alternadas con temas en los que los riffs son exasperantemente lentos y repetitivos, poniendo a prueba a los oyentes más pacientes. ¿Nada nuevo, pues? No del todo, porque además de eso encontramos nuevas texturas en voz y guitarra, además de la primera canción de Moho con una letra. ¡Incluso hay un sampler de un viejo tema de blues! Y como son un grupo de excesos, encontramos la canción más larga y la más corta que hayan grabado nunca.

Con ... He visto la cruz al revés pisaron un poco el freno respecto a como sonaban en 20 uñas, y me ha alegrado comprobar que el arranque de Chotacabra es más arrollador incluso que el de su primer disco: «Chotacabra», «San Mamés» y «Gargantor» (gran riff) me dejaron anclado frente al aparato de música con los auriculares pegados a las orejas. Los dos primeros cortes te dejan tan noqueado que te tragas doblados los 14 minutos que suman juntas «Gargantor» (una nueva versión de la que apareció en el Waterloo Split, que editaron junto a Moksha, Adrift y Another Kind of Death) y «Demacronch». Y en la cara B, tras «Terror ultramarino» y «Torpedo» nos esperan los 17 minutos de «Anciago» (con un comienzo puro Orthodox que nos deja otro pegadizo riff) y el minuto y poco de brutal hardcore de «Garage champion», un cierre que deja con ganas de más.

Y yo que no suelo escuchar estos grupos, ¿porqué me han flipado tanto los Moho? Supongo que por su honestidad: pocos artificios para una música densa que gana escucha tras escucha. Hazle un hueco en tu agenda a Chotacabra, ármate de paciencia y no me digas que no es un discazo.

Joven Frodo