05 diciembre 2008

El honor de Las Injurias

Estamos de suerte. Se está proyectando en el Pequeño cine Estudio la peli-documental dirigida por el pintor y escritor Carlos García Alix “el honor de las injurias”, que trata de la vida de Felipe Sandoval; que pasó de albañil y ayuda de cámara en una noble familia de París a pistolero, anarquista y delator.

Felipe Sandoval, un hombre alto, famélico, de duras facciones, cortés, reservado, siempre vestido de gris o negro, que se convirtió en toda una leyenda conocido como Doctor Muñiz, y fue verdugo revolucionario en los años de la Guerra Civil en Madrid y dirigente de la temida checa anarquista, centro policial instalado en el Cinema Europa del barrio de Cuatro Caminos.

En 1998, en el Archivo de la Causa General, García Alix encontró el documento en el que basó una investigación que le iba a llevar unos años: la confesión manuscrita de Felipe Sandoval, preso en la Brigada de la División de Investigación Política pocos días después de la derrota de los republicanos.

"¡Felipe Sandoval!, ¡el Doctor Muñiz!, el más peligroso atracador y pistolero, un asesino y un gánster que muy pronto recibirá su merecido",
exclaman triunfantes los policías que en la madrugada del 16 de junio de 1939 llegan al número 36 de la calle de Almagro con la conocida como "Expedición de los 101":
los más buscados, los más odiados, dirigentes políticos y sindicales, diputados, gobernadores, alcaldes, periodistas...
Entre ellos, Felipe Sandoval que a sus 52 años era un hombre envejecido y gravemente enfermo de tuberculosis. Le obligaron a recordar quién era. Y lo hizo. A lo largo de 63 folios, el Doctor Muñiz relata su vida.

"Los anarquistas somos la hostia, compañero. Sabemos retorcernos el corazón si hace falta para cumplir nuestro deber revolucionario. Lo que esos jovencitos comunistas que presumen de coraje no se atreven a hacer, aquí está el viejo Felipe, anarquista, dispuesto a hacerlo en bien de nuestros sagrados ideales. Aunque el corazón se me salga por la boca".

No dio opción a los hombres que tenían que juzgarle. Él fue su propio juez y su verdugo, el asesino de sí mismo, relata García Alix en el documental.

Para no caer en el tópico de contar una historia de buenos y malos el autor se basa en los hechos históricos, dejando a la imaginación del espectador lo que él mismo no consiguió averiguar, y le basta con no salirse de ellos para transmitirnos la crudeza del momento, y a lo que se puede llegar cuando los acontecimientos se van al extremo.
"No hay revolución sin verdugos. Poner el foco en el verdugo es la parte más fea
y dolorosa. Sandoval fue un verdugo al servicio de la revolución. Hoy es muy
difícil comprender el grado de violencia feroz que asolaba España. Mi lucha ha
sido no caer en buenos y malos. Es una historia de venganza".

La venganza fue uno de los ejes de su vida. La sombra más profunda de una derrota. Nació pobre en el barrio de las Injurias de Madrid, entre el paseo de las Acacias y el de Yeserías; un barranco muy profundo en cuyo fondo estaban Las Injurias., y que Pío Baroja describía como «la herpe, la lacra, el color amarillo de la terciana, el párpado retraído, todos los estigmas de la enfermedad... Iban saliendo sus habitantes hacia Madrid, a la busca, por las callejuelas llenas de cieno». Era un barrio atroz, mísero, cruzado por lo que se llamaba el Arroyo Negro de Embajadores, que era una cloaca. A 40 o 50 metros estaba el depósito de cadáveres, el barrio, si así se le puede llamar, tenía una mortalidad de casi un 50 %.
La mayor parte de esta película-documental la componen imágenes de archivo, de mucha calidad por cierto, y algunas dramatizaciones que no desentonan en absoluto con el hilo artístico desarrollado. Se rodaron con material de la época :

“Rodábamos en 16mm, en blanco y negro; utilizábamos una película checoslovaca que nos daba un grano tal cual eran las películas de época; las cámaras que estábamos manejando, una Arri y una Bolex, eran las mismas con las que se hacían los Nodos en los años cincuenta. No queríamos rodar en vídeo, ni con ninguna textura electrónica. Pretendíamos que los materiales, de alguna manera, se ensamblaran en ese collage con la mayor coherencia posible con el objetivo de favorecer la ilusión del espectador”.

Ese aire antiguo, tenebroso, junto con la voz quebrada y profunda de Carlos García-Alix que nos va narrando la sucesión de circunstancias que afectaron la vida de Sandoval, nos envuelve en una atmósfera absolutamente especial.

Altamente recomendable, si tenéis un ratito durante este fin de semana. Se proyectará de hoy viernes 5 al lunes 8, a las 20:45 h. Alk

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