Recorriendo los garitos de la calle Pez y Corredera baja de San Pablo uno empieza a olvidarse de las navidades y de los dispositivos de seguridad policial, hasta que cervecita en mano una linterna le ilumina a uno la cara y el desconcierto comienza a adueñarse de mi persona otra vez.
Un grupo de policías municipales entra en el local y sin dirigirse a nadie en concreto se reparten por el local iluminando a la gente con sus linternitas.
No sé a vosotros, pero a la mayor parte de los allí presentes aquello no les era cómodo y empezaron a salir del bar. Recuerdo que aún la policia no había dicho nada a nadie hasta que el dueño del local se acerco al que parecía dirigir el asunto para preguntar que pasaba allí.
- Desaloje el local, por favor- Eso sí, eran muy educados.
- ¿Cuál es el motivo?- Respuesta lógica.
- Se superaba el aforo permitido del local - Para los todavía allí presentes era obvio que ni de lejos habiamos llenado el local en ningún momento.
- Usted sabe que eso no es cierto -
- Pues por aforo, o por discos piratas, o por lo que sea, pero ve cerrando y sácame los papeles que seguro que encontramos algo... -
Ante esta última respuesta el dueño nos mira con cara de resignación y nos invito a ir saliendo. Eran las 00.30 de la noche y aún le quedaban dos horas y media de apertura...
Este proceso se llevó a cabo en todos los garitos de las calles citadas. Excepto curiosamente en aquellos que cobraban entrada. ¿Será que los sueldos de la Policía no dan para tanto...?.
Ni siquiera los bares son un sitio seguro... ¿Pero es que ya no se respeta nada?
"El tabernitas"
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