El grupo está formado por Raul (guitarra, en los imprescindibles Moho), Victor (batería), Iñaki (bajo, también de Moho y Looking for an Answer) y Dopi (voz, cambiando radicalmente del registro de Machetazo), viejos perros, pues, en esto del metal y punk extremo.
Dishammer practican un hardcore-thrash-punk brutal, demoledor y anfetamínico, bebiendo tanto de Venom y Celtic Frost como de Slayer, Anestesia y Discharge. Pero, sobre todo, esto suena a como lo harían Motörhead tocando versiones de aquellos.
Dishammer en acción en Xixon. Nos toca dentro de poco.
Foto sacada de su myspace.
Foto sacada de su myspace.
Líricamente, Dishammer nos presentan un universo donde las obsesiones de Poe se mezclan con los Evil Dead de Sam Raimi, Demons de Lamberto Bava o Nekromantik de Jörg Buttgereit. Las más malsanas e infames perversiones se hacen realidad según pasan las pistas de Vintage Addiction: catalépticos revolviéndose en sus tumbas, hombre lobos motorizados sembrando el terror, tumbas abiertas y cadáveres violados, ejércitos de muertos vivientes portando el estandarte del caos y Satanás riéndose desde su trono mientras se emborracha con agua bendita e ingentes cantidades de hierba.
Y cuando te quieres dar cuenta... el disco se ha acabado. Ha pasado volando y te ha dejado imágenes de degeneración y caos grabadas en el cerebro.
Y mientras tanto, en el infierno, Asmodeo se quita los auriculares y sonríe. Sí señor, estos chicos le han dado unas cuantas ideas. Y tras una carcajada que retumba en sus dominios de sulfuro, vuelve a pulsar el play.
Joven Frodo
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