02 diciembre 2009

Matado por la muerte: el sonido de la cloaca

Da gusto. Así da gusto. Que a estas alturas del invento, con un género que (se supone) está más que agotado, un disco como Matado por la muerte siga picando el gusanillo por el punk es para quitarse el sombrero. Una firme apuesta por el punk underground gracias a Bowery Records, The Holy Cobra Society, La Camorra y Rizillo Super Producciones, pequeñas discográficas que unen las fuerzas para presentarnos este subproducto sonoro que rebosa autenticidad, repleto de música sentida y salida de las entrañas, editado con mimo y por amor al arte.

Según pinchas la aguja, los altavoces empiezan a escupir mierda y más mierda, como si hubieses lanzado un orinal contra un ventilador. Con todos los leds al rojo, los riffs te taladran la cabeza según la aguja surca el vinilo. No hay escapatoria, el hedor a excrementos te persigue adonde vayas, se te pega en los dedos, te atraviesa la nariz, se queda en tu cerebelo, esculpido con cincel mientras los oídos chorrean materia gris.

Estamos ante una nueva horda de bandas que han ido surgiendo a lo largo de esta década, grupos tan diversos y con una variedad estilística que de tan grande impresiona. Punk rock, new wave, oi!, garage, hardcore, synth-punk; podemos escuchar pupilos de Lost Sounds (Los Iribarnes, Grupo Sub-1), Los Pegamoides (Rizillos), Kangrena-Último Resorte (Coprolitos), Zoquillos (Redentoras Humilladas), The Damned-Buzzcoks (Zorras Adolescentes), los primeros R.I.P. (Concentration Summer Camps), Angelic Upstars (Concepción Glory Boys). Hay sitio incluso para un «supergrupo» punk como Mano de Mono (con miembros de Clorox Girls, Juanita y los Feos —que también participan en el recopilatorio— y Von G.R.A.P.A.), para grupos foráneos como los mexicanos Ratas del Vaticano y para productos inclasificables como Paco Frutos y Esposa quienes son quizá los que menos encajan en la selección. A mí me pegan más en recopilatorios más bizarros como La cagarruta sónica o La legaña sinfónica.

Hay cosas que suenan mejor que otras. Unos grupos suenan más limpios y otros suenan a culo. Pero así es el punk, conviene primar la inmediatez, lo que se consigue con grabaciones rápidas, sin arreglos, oberdubs o productores estrella, grabaciones que son un catálogo de carencias, sí, pero también de frescura, de ideas y de actitud.

Como en la primera hornada, la cosa está que revienta: hay grupos imprescindibles que se han quedado fuera como La URSS, Silla Eléctrica, Chitita y Chatarra, Sudor, Turnomatics o El Capitán Entresijos. Matado por la muerte es a esta década lo que Punk qué punk? fue a los ochenta: el documento de la música de las catacumbas del estado.

La aguja se eleva. ¿Otra vez? Sí, por favor… volteo y vuelta a empezar.
Joven Frodo

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