30 diciembre 2009

Jon Ulecia & Cantina Bizarro en El Juglar - Y los Scientists se encontraron con Willy DeVille


La melancolía y elegancia macarras de las canciones de Willy DeVille. Los furiosos arrebatos sonoros de los Scientists. Nueva York y Perth: dos formas diferentes, podríamos decir antagónicas, de entender el rock. Aunque todo es mirar con la perspectiva adecuada, por supuesto. Es entonces cuando, por sorpresa, al mirar desde el ángulo adecuado aparecen las líneas de fuga y no resta sino seguirlas para encontrar el punto donde éstas confluyen. Ese punto es Jon Ulecia.

Aprovechamos los momentos antes del concierto en El Juglar el pasado día 7 para entrevistarle. Se mostró nervioso, «con miedito», nos confesó. Era la primera vez que tocaba Madrid (en realidad hubo una anterior con otra formación de la Cantina Bizarro) y no sabía cómo saldría. No fue mal, seríamos alrededor de 40 personas en la sala. Un éxito, creo, teniendo en cuenta que Jon Ulecia es un músico bastante desconocido fuera del País Vasco-Navarra. Nosotros, de hecho, hasta que no pareció en el cartel del Azkena de este año, ni conocíamos su existencia.




Entre «Stuck to the Dance» (la elegida para abrir el recital) y «Right Now Blues» (la última antes del bis), hubo tiempo para desgranar ese fantástico álbum que es Last Night Dream; rock 'n' roll intenso, medios tiempos arrastrados, swamp blues sucio y versiones, claro. Ahí estuvieron «Venus of Avenue D» (Mink DeVille) y «Frantic Romantic» (Scientists) para terminar de redondear un repertorio mayúsculo

El concierto no tuvo trampas. No empezó con temas flojos para ir subiendo la intensidad, sino que los temas más pausados se fueron alternando con los más rápidos. Pero es que la Cantina Bizarro puede hacerlo; sus temas, lentos o rápidos, alcanzan por sí mismos altas cotas de intensidad; la contundencia de la base rítmica y los duelos de guitarras de los hermanos Ulecia pueden elevarte hasta lo más alto, dejarte caer, aplastarte y volverte a levantar en la misma canción.

Como única nota negativa, el público. No sé vosotros, pero yo no voy a un concierto a estar de charla con los amigotes. Más que una sala de conciertos aquello parecía un gallinero, tanto que la banda las pasó canutas para lidiar con el volumen al que rajaba el personal. Y eso que la mayoría eran colegas.
Texto: Joven Frodo
Fotografías: Alk

1 comentario:

manel dijo...

En Barcelona dió un concierto magnífico en el ROCK SOUND. Ante unas escasas 15/20 personas...Un saludo.