Pues bien, Psilicon Flesh nos dieron una de cal y otra de arena, pero en general dejaron una muy buena sensación tras su pase por El Sol. Durante gran parte del evento no estuvieron a la altura de su leyenda, pero lo cierto es que los de Madrid demostraron dos cosas. La primera que siguen unidos y con ese toque de saber hacer y de sonar a grupo que sabe lo que quiere. La segunda es que siguen siendo muy buenos en directo. Aunque la fuerza y energía se hayan perdido en parte (diez años de más en los cuerpos no son tontería), lo cierto es que, olvidando lo que fueron, puede decirse sin tapujos que estamos frente a una banda con excelentes maneras en el escenario, y que Rafa es un tipo con una gran voz que supo estar en forma durante todo el pase.
Una cosa hay que reconocer: a pesar de que la gente (yo mismo) salió muy flipada, repasando el concierto en la memoria y borrando el espectacular bis que dieron, el show tuvo sus altibajos. Los primeros temas sonaron flojos, como si la banda estuviese perdida. Especialmente desastrosa fue la interpretación «Chest pain» (¡Matíaaaas, esa voz!) , que debiendo haber sido uno de los platos fuertes, sonó floja (siendo generosos). En ese momento las alarmas se dispararon y empecé a temer que el retorno de una de las mejores y más imaginativas bandas de los noventa no fuese más que otro bluf de esos que últimamente abundan con tanta reunión de viejas glorias.
Pero Psilicon Flesh no son unos cualquieras y, con ganas y actitud, fueron mejorando con el tiempo. Para cuando llegaron «Wearisome», «Out» y «Deaf end» la cosa ya había remontado y el grupo volaba alto. Juanlu en estado de gracia, Rafa cantando como un jefe y Matías y Tate en su sitio, dejando posos de la calidad que atesoran como instrumentistas. Bajaron poco a poco el ritmo (que no el buen hacer) y se despidieron de manera perfecta con ese maravilloso in crescendo que es «Without changes».
Pero ni con esas estaba preparado para lo que vino tras el bis. La cosa empezó con «Take me to the shop», nada del otro mundo. Entonces presentaron a Monti (cantante de los extintos Afraid To Speak In Public) y comenzó el caos. Yo pensé que se limitarían a «Malfunction» (Monti ya puso la voz en la grabación de Prime), pero cayeron (sorpresa) «Superlickin' machine», «Evil dead» y, por supuesto, «Malfunction». Pogo brutal y, por primera vez, Psilicon Flesh representaron un fiel reflejo de lo que fueron diez años atrás, destilando energía y con Rafa, por primera vez, bailando y peganto botes junto a Monti, que se movía como un poseso y al que corresponde buena parte del mérito.
Tras semejante demostración de fuerza, pocos se atreverían a cuestionar a la banda. Y es que es necesario un serio esfuerzo mental para sacar lo malo de un concierto cuando terminó de manera tan espectacular como lo hizo éste.
Seguid así.
«Deaf end». Vídeo by Alk (Mordor Sonoro Youtube Txannel).
Texto: Joven Frodo
Fotos (las indicadas) y vídeo: Alk
Fotos (las indicadas) y vídeo: Alk
1 comentario:
CON-CIER-TA-ZO
a ver si no hay que esperar otros 10 años pa volver a verles...
alk
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