04 noviembre 2007

Tesla, alegría inesperada

El panorama musical reinante en Estados Unidos en el 86, año en el que Tesla editó su album de debut Mechanical Resonance, hizo muy flaco favor a las aspiraciones de esta banda de Sacramento, California. El exagerado fervor por el llamado "heavy de peluquería", del que formaron parte buenas bandas y auténticos engendros, diluyó el impacto de un grupo cuyas pretensiones iban mucho más allá del maquillaje y el pelo cardado. Los componentes de Tesla eran verdaderos amantes del rock académico (décadas de los 60 y 70), del blues y, en menor medida, del country. Eso se reflejaba inevitablemente en composiciones enérgicas, auténticas, emotivas y, en todos los casos, impecablemente construidas. Este hecho, indudablemente, les hizo separarse del "glam metal", aunque no todo el mundo supo discernir entre ellos y las numerosas bandas creadas por encargo en aquella época.


Este hecho, sumado al posterior efecto anti-metal de los 90, puso las cosas muy difíciles a unos chicos a los que se la sudaba el pop-metal, el grunge o el rock alternativo. Bien, pues a pesar de esto, Tesla es una de esas pocas bandas que puede presumir de no haber hecho un solo album malo, ni siquiera regular.

Como exponer los pormenores de la discografía de un grupo puede resultar intragable para los no entendidos, simplemente resumiré lo mínimo que hay que saber al respecto.

La obra maestra de Tesla es The Great Radio Controversy (1989). Gran parte de los hits de los de Sacramento estan aquí: Love Song, Heaven's Trail (No Way Out), Paradise, The Way It Is o Hang Tough. Combinación equilibrada entre temazos de un hard rock muy personal y power ballads de calidad.

Del resto de discos de estudio, todos a un nivel similar, podemos destacar Mechanical Resonance (1986), debut en el dejaban muy claro sus nada convencionales intenciones (Modern Day Cowboy es increíble, sin perjuicio de Gettin' Better o Cumin' Atcha Live). Psychotic Supper (1991) es de un corte similar por su intensidad (Song & Emotion, Edison's Medicine) y Bus A Nut (1994), aunque menos espectacular, deja el pabellón a la altura adecuada en The Gate/Invited o Need Your Lovin'. Algo al margen debido a su distancia en el tiempo es su reciente Into The Now (2004), album en el cual los temazos no se detectan en las primeras escuchas aunque llega un momento en el que se ve la luz en cortes como Miles Away, Mighty Mouse o Look @ Me. Recientemente han editado dos albumes de versiones (Real To Reel y Real To Reel Vol. 2, 2007) en el que insisten en su amor por los clásicos de una manera particular pero efectiva.

Pero estos cowboys de ciudad gozan de un gran respeto hoy día gracias a sus vibrantes directos. La calidad musical de las grabaciones se ve ampliamente reflejada en las interpretaciones ante el respetable. Prueba de ello son los conciertos editados oficialmente. Five Man Acoustical Jam (1990), desconocido germen de lo que luego se convertiría en la casi siempre insufrible saga "Mtv Unplugged", es, probablemente, uno de los mejores directos grabados de la historia del rock. Aquí lo acústico siempre viene a cuento y le da a los temas una intensidad que alcanza cotas realmente emotivas; Love Song, Heaven's Trail (No Way Out), Gettin' Better o Before My Eyes son algunas muestras de ello. Replugged Live (2001) y Standing Room Only (2002) dan buena cuenta (esta vez electrificada) de cómo se las gastan estos tíos sobre el escenario.

Tras las escasas visitas a Europa de una banda eminentemente americana, poca esperanza nos quedaba a los fans de poder verlos algún día por nuestras latitudes. Pero este año ha caído gira por Europa (en no muchos sitios, por cierto) y, entre los agraciados, estaban las ciudades de Madrid y Barcelona.

Servidor asistió el pasado día 2 de noviembre al bolo de Madrid en la Macumba y salió, ante todo, satisfecho. La sala, por desgracia, no ayudó al lucimiento de los yankis debido al deficiente sonido que nos proporcionó durante todo el bolo. No obstante, ellos estuvieron excelentes y el repertorio elegido fue un regalo a los asistentes. Los principales animadores de la fiesta fueron Jeff Keith (cantante de una peculiar e identificativa voz desgarrada) y Frank Hannon (uno de los más grandes guitarristas de rock de los últimos veinte años y principal artífice del sonido Tesla). Brian Wheat, al bajo, estuvo más que correcto y Troy Luccketta aporreó la batería como merecía la ocasión. El nuevo guitarrista Dave Rude, sustituto del insustituíble Tommy Skeoch, resolvió muy bien los solos compartidos con Hannon y supo mantenerse en un inteligente segundo plano. Temazos de la talla de Little Suzi, Love Song, Modern Day Cowboy o Hang Tough hizieron vibrar a un público totalmente entregado y perplejo ante la realidad de estar viviendo un momento muy deseado pero, ante todo, inesperado.






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