Conviene decir y remarcar que Xabel no tiene como referente a su hermano. De hecho, afirma que tan sólo ha escuchado (y poco) su primer álbum. Por lo tanto, hay que ir hacia otros referentes a la hora de describir sus canciones. Y aquí nos encontramos con nuevas similitudes: Nacho y Xabel tienen gustos musicales y literarios parecidos: Bob Dylan, Leonard Cohen o Nick Drake, así como el poeta asturiano Pablo Texón, del que los dos se declaran admiradores. «No quiero verme como un cantautor tipo Aute (con todos mis respetos) sino como un músico de rock con inquietud por las letras. Bob Dylan sería un buen referente en ese sentido».
Las canciones del álbum giran alrededor de la traición y la mentira, pero según Xabel no fue algo premeditado. Al darse cuanta de esto, fue cuando surgió el título del álbum. Al escucharlo nos encontramos con cinco canciones excelentes, de corte autobiográfico y que suenan a canciones de redención, aunque Xabel afirma no componer para liberarse de fantasmas pasados. Hay también hay un hueco para el humor, como en «El polvo no me puede matar» (mi favorita) en la que se acerca a Dylan más que en ninguna otra.
Para vestir las canciones, el asturiano se ha arropado con Las Uvas de la Ira, grupo de tres músicos compuesto por Iker González (teclados), John Álvarez (Guitarra) y Eras Sánchez (Bajo), a quienes se ha unido Eva Díaz como batería en los conciertos (en el álbum la toca el propio Xabel). Y aquí encontramos otra semejanza con su hermano: Iker González participa también en Las Esferas Invisibles, la banda de acompañamiento de Nacho.
Y la producción impecable, hecha por el propio Xabel en compañía del genial Kaki Arkarazo, quien ya ha producido a Manta Ray (grupo en el que Xabel milita) en alguna ocasión y en quien Xabel confía plenamente.
Enhorabuena a Xabel. Para el próximo (aparecerá un LP en enero) prometo dejar a un lado las comparaciones.
Joven Frodo
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